Autor: Mauricio Fishleder

 

La infancia te demuestra que no necesitas grandes cosas para disfrutar y ser feliz

 

¿POR QUÉ DEJAR DE SER ADULTO Y VOLVER A SER NIÑO OTRA VEZ?

 

Te gustaría volver a ser niño otra vez? Dejar de ser adulto? Ser un adulto niño? Veamos: cuando eras niño/a te importaba si tu ropa era de marca? Cuando eras niño/a no te importaba si el restaurante que ibas era caro o barato? Cuando eras niño/a necesitabas de joyas para ser feliz? Cuando eras niño/a no necesitabas juguetes caros, te conformabas con unas canicas, una pelota o una cuerda para saltar? Cuando eras niño/a acaso te importaba el carro que te subías? Cuando eras niño/a si no te importaba que el hotel de viaje fuera de lujo? Cuando eras niño/a pensabas en el pasado, y no sufrías, lo pasabas como si nada hubiera pasado?

Cuando eras niño/a veías el futuro como un sueño a realizar sin miedo, ansiedad y angustia? Cuando eras niño/a no te preocupaba tener dinero en la bolsa? Cuando eras niño/a desconfiabas de la gente?. Cuando eras niño/a no dejaste alguna vez de divertirte o de jugar? Cuando eras niño/a no dejaste de ser curioso? Cuando eras niño/a no dejaste de tener contacto con la naturaleza? Cuando eras niño/a no dejaste de compartir tu helado, dulces, papas? Cuando eras niño/a te divertías y reías viendo caricaturas?!

Para ese niño todo era nuevo, bello, hermoso, simpático. Estabas descubriendo un mundo nuevo para ti y te levantabas con ánimo, con gusto, con motivación, y entusiasmo, para cumplir con ser niño.

Estabas listo para enfrentar las tareas cotidianas, Ese niño/a inocente, sin pensamientos pesimistas, sin prejuicios; guiado por sus progenitores y maestros. Y si te equivocabas, no pasaba nada, te levantabas, aprendías del error, y seguías adelante como si nada hubiera pasado. No te culpabas, ni te castigabas, ni sufrias.

Cuando te saludaba alguien que no te caía bien; no lo saludabas, pero saludabas casi siempre por educación!. Cuando te daban algo de comer que no te gustaba, lo rechazabas sin problema!. Cuando te invitaban a algún lugar donde no querías ir, hacías lo imposible por no ir. Cuando te regalaban algo, dabas las gracias, porque, así te educaron en tu casa y aprendiste a ser amable y agradecido.

No sabías decir mentiras, yo recuerdo: “haber tenido 8 o 9 años y haber descubierto que los adultos mentían y me deprimí mucho al descubrirlo”!. Mi mente era muy inocente.

Cuando jugabas en la calle, jugabas con todos los niños/as, y si hacías una fiesta de cumpleaños invitabas a todos los del salón. Y si ibas a una fiesta de cumpleaños de un amigo/a llegabas; y justo al entrar le dabas su regalo. No tenías malos sentimientos, no le deseabas el mal a nadie. Veías a la gente mayor con mucho respeto. Tu abuelo/a significaban los patriarcas, los pioneros, tus héroes, o valientes, que llegaron de tierras lejanas y pudieron salvarse de persecuciones y guerras!. Tus padres eran símbolo de: cariño, respeto, y admiración; los amabas incondicionalmente y los veías como tus ídolos.
Este niño/a, está en ti, escondido, tímido, sin poderse manifestar. Sin poder expresar su esencia, su verdad, su Ser. Reprimido por tanta ignorancia y recelo a su paso.

Ya no somos niños somos adultos, y deberíamos de desaprender a serlo, y volver a descubrir ese niño/a que está dentro de mí, de ti y de todos.
Hemos perdido la sencillez, la sinceridad, la humildad, la curiosidad, la capacidad de asombro, las ganas de vivir, el compartir, el respeto, el cariño, el afecto y el agradecimiento. Nos hemos convertido en autómatas viviendo o sobreviviendo una vida que no disfrutamos, comprando cosas que no necesitamos, para presumírselas a alguien que no le importamos.

Ese niño/a ha dejado de ser niño, ha dejado de disfrutar la compañía de alguien, de platicar con alguien, de invitar a alguien, de festejar a alguien, de amar a alguien, porque ha dejado de ser su propio amigo y ha dejado de amarse a sí mismo, se ha vuelto un personaje triste, vacío, solo, lúgubre, sin rumbo, objetivo, perdido en la encrucijada de la culpa y los resentimientos del pasado, y el miedo, la ansiedad y la angustia de su futuro, divagando con su mente egoica al pasado y al futuro sin poder aceptar, gozar y disfrutar del presente. Un bebé adulto berrinchudo e inmaduro que no puede comprender ni asimilar y superar las contingencias y vicisitudes de la vida y que se revela contra los demás, ante su incapacidad de entender que la vida es como es y no como quiere que sea. Y que por más que se excuse y queje no le servirá de nada para superarlo.

Hoy te pido que realices un ejercicio mental que recuerdes esos años de tu infancia y lo compares con tu adultez presente. Dónde quedó la inocencia? Se transformó en ignorancia! Dónde quedó la alegría por vivir? Se transformó en tristeza y depresión! Dónde quedó el entusiasmo? Se transformó en pasividad? Dónde quedó su inclusión con todos? Se transformó en exclusión! Dónde quedó su transparencia? Se transformó en máscara? Dónde quedó su honestidad y sinceridad? Se transformó en deshonestidad y mentira!. Dónde quedó su respeto a los demás? Se convirtió en irreverencia!. Dónde quedó su optimismo? Se volvió pesimismo! Donde quedó esa llama que iluminaba sus ojos, y que irradiaba una sonrisa entre sus labios; se transformó en cenizas, que no dan luz y oscurece con gestos, muecas y ademanes desagradables.

Hoy se un adulto responsable recordando que fuiste niño, y que hay un niño que quiere ser niño otra vez pero además con el conocimiento, la experiencia y la madurez de los años.

Desde el escritorio de la Editora

 Rosalynda Cohen

El 30 de julio es el Día Mundial contra la trata de personas.

 

EDITORIAL DEL 15 DE JULIO

NEWSLETTER

NO SE PIERDA LAS NOTICIAS SOBRE EL MUNDO Y LA COMUNIDAD

    IN MEMORIAM Z”L

    • Josefina Maus Reisbaum  Z’L
    • Miriam Gurvich viuda de Tatarsky Z’L
    • Sylvia Tatiana Mirsky viuda de Gorodezky Z’L
    • Malvin Israel viuda de Huber Z’L