Desde el ataque del 7 de octubre, los médicos de todos los centros hospitalarios de Israel trabajan atendiendo, cuidando y tratando las heridas de los soldados israelíes de manera cotidiana.

Eyal Sela, el director del Departamento de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello del Centro Médico de Galilea, desarrolló un método innovador para ubicar y extraer los fragmentos metálicos o balas que quedan en el cuerpo de algunos soldados.

La solución parece sencilla, pero nunca se había utilizado: se trata de usar un detector de metales, que permite ubicar los restos en solo unos minutos.

La idea se le ocurrió en marzo, por frustración, según explica él mismo, después de estar más de una hora intentando localizar una bala alojada en la base del cráneo de un soldado herido por el fuego de Hezbolá.

Hasta ahora, usaba tomografías y radiografías para identificar la zona, pero este proceso toma al menos una hora.

Entonces, por primera vez en Israel, Sela llevó el detector de metales esterilizado al quirófano y se puso a trabajar. El médico explicó que “el detector de metales emitió un pitido y me mostró inmediatamente el lugar exacto para cortar su piel y extraer los fragmentos”, y que después de unos diez minutos, había eliminado con éxito todos los fragmentos.

Desde el escritorio de la Editora

 Rosalynda Cohen

El 30 de julio es el Día Mundial contra la trata de personas.

 

EDITORIAL DEL 15 DE JULIO

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