Autor: Salo Grabinsky

fin de serie

 

Es bastante complicado encontrar a una persona que cumpla con nuestros requisitos, sueños y aspiraciones de pareja, pero más el no tener ni idea de las repercusiones personales, familiares y patrimoniales e incluso empresariales que puede acarrear una mala decisión.

El elemento clave en cualquier relación de pareja es, sin duda, el amor y cariño entre las partes. Sin este factor muchos matrimonios fracasan o son muy desgraciados y procrean hijos infelices o con problemas. Pero solo casarse por amor ya no es suficiente y otros aspectos como el buen juicio, inteligencia, responsabilidad, culturales y sociales junto con otras cualidades hacen la elección más profunda.

Los especialistas sugieren que el casarse no debe ser, ni para agradar a los padres ni menos para llevarles la contraria, sino que hay ver todas las opciones.

En el caso de negocios familiares el aspecto de sucesión y patrimonial adquiere relevancia, sobre todo si el hijo(a) quiere continuar con el negocio como heredero(a) sucesor. En muchos casos la influencia del (la) cónyuge es decisiva para crear conflictos. Tengo ejemplos como el de que el esposo tenga una oferta de trabajo fuera de la ciudad o país o sea extranjero y la hija-heredera quiera, por lógica acompañarlo donde vaya dejando la empresa de su familia sin sucesor. O que la ambición de un esposo(a) influya destructivamente en los asuntos del negocio o del patrimonio personal.

No es una decisión sencilla, pero el crecer, reproducirse, educar hijos y vivir juntos por el resto de sus vidas sea basada con el corazón, pero conectado siempre al cerebro.

Hay que evitar llevar asuntos psicológicos. Mas vale una buena terapia a tiempo que una vida matrimonial desdichada.

“Ni todo el amor ni todo el dinero “el asunto amoroso deberá estar complementado por una actitud realista y completa de un proyecto patrimonial basado en factores clave. Es vital que se separen los aspectos hereditarios de una persona con los del cónyuge, ya que son distintos. Por un lado, la herencia de una persona generalmente le corresponde a ella únicamente y es a su vez para ser heredada a sus descendientes directos y así preservar y agrandar el patrimonio. Por el otro los bienes que acumulen las familias en su conjunto deben ser manejados de común acuerdo entre el matrimonio con los mismos objetivos de preservarlos y asegurar un nivel de vida y seguridad financiera aceptables.

El asunto de la propiedad de la empresa familiar debe ser manejado entre una pareja antes del matrimonio para evitar malentendidos. Excuso decirles la cantidad de conflictos que se presentan cuando un cónyuge se siente con derechos por matrimonio al negocio de la familia y, correctamente o no, busca protegerse y a su familia contra los problemas con parientes políticos. Otra vez, la claridad absoluta y prevención de estos conflictos es muy recomendable. Los protocolos familiares y reglas del juego son un documento clave para poner a todo el mundo en orden.

Nunca se case pensando que su esposo(a) va a cambiar, porque eso es irreal. “What you see is what you get” es un lema vigente.

Buscar pareja y compartir una vida familiar razonablemente feliz es toda una epopeya Con amor, buen juicio, planeación y algo de suerte se puede lograr. Buena suerte.

 

Desde el escritorio de la Editora

 Rosalynda Cohen

El 30 de julio es el Día Mundial contra la trata de personas.

 

EDITORIAL DEL 15 DE JULIO

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