Autor: Enrique Medresh

 “תּוֹרָה צִוָּה לָנוּ משֶׁה מוֹרָשָׁה קְהִלַּת יַעֲקב” “La Torá que Moshé nos ordenó es una herencia para la Congregación de Israel” (Devarim 33:4)
Simjat Torá es el día en que celebramos y nos alegramos por el hecho de que poseemos la Torá. Nuestra pregunta se encamina a entender por qué los Jajamim vieron apropiado designar un día aparte y especial para celebrar dicha adquisición. ¿Acaso no sería Shavuot, el día mismo de la recepción de la Torá, el más apropiado para esta jubilosa celebración?

Por otro lado, nos encontramos con que el Talmud nos instruye a que, tan pronto como nuestros hijos aprendan a hablar, debe enseñárseles la frase Torá tzivá lanu Moshé, morashá kehilat Yaakov – “La Torá que Moshé nos prescribió es una herencia para la Congregación de Israel”. ¿Por qué fue este versículo elegido, cuando existen otros versículos que le preceden en la Torá, los cuales nos transmiten un mensaje muy similar, como sería, por ejemplo, “Y esta es la Torá que Moshé colocó frente a los Hijos de Israel (Devarim 4:44)”?
Para contestar las preguntas anteriores, necesitamos primeramente analizar un nuevo concepto introducido dentro del pueblo de Israel el día de la muerte de Moshé: el principio de “La Torá no se encuentra más en los cielos”- loh bashamayim hí (Devarim 30:12).
Este principio contempla que mientras Moshé vivía, cualquier duda o pregunta sobre la ley que pudiera surgir dentro de la incipiente nación, se preguntaba a Moshé y él podía ir directamente a consultarla con el Todopoderoso. Y debido a que D-os actuaba como árbitro definitivo de la Ley, se consideraba que, a pesar de que físicamente ya se había entregado la Torá, ésta permanecía aún en los Cielos.
Sin embargo, el día en que Moshé falleció y terminó ese exaltado nivel de profecía y de contacto con D-os, recayó sobre los Hijos de Israel la autoridad unilateral sobre la legislación de la Torá. Ahora, a través de su capacidad de decisión vía la Ley Oral (Torá Sheba’al Pé), ellos tomaron la iniciativa de formar y transformar la Torá. Esta trascendental facultad de afectar la Ley es a lo que llamamos La Torá no se encuentra en los Cielos.

Cuando los Hijos de Israel recibieron la Torá en Sinaí se creó una nueva relación “conyugal” entre D-os e Israel, en la cual D-os tomaba el papel del novio y los Hijos de Israel tomaban el papel de la novia (Esto se debe a que en este caso el papel activo (masculino) de formador o mashpía corresponde al Todopoderoso, y el papel femenino de receptor o mushpá a Israel). Pero el día que Moshé partió, otra nueva relación fue formada, una donde Israel tomaba el papel del novio y la Torá el papel de la novia (En este caso, Israel, como autoridad rectora de la ley, toma el papel activo de formador (masculino), mientras que la Torá se ve influida por Israel, tomando el papel de receptor).

A esta relación de Israel como novio y la Torá como novia es a la que aluden los Sabios cuando nos instruyen enseñar a nuestros hijos pequeños el versículo Torá tzivá lanu Moshé, morashá kehilat Yaakov (תּוֹרָה צִוָּה לָנוּ משֶׁה מוֹרָשָׁה קְהִלַּת יַעֲקב ). Así, el término וֹרָשָׁהמ – “legado”, es una alusión a meorasá – “desposada”; y nuestro versículo puede leerse entonces como “La Torá que Moshé nos ordenó, está desposada con la Congregación de Israel” (T.B. Sanhedrín 59a).

Resulta, entonces, que los dos conceptos —que la Torá ya no está en los Cielos y que la Torá ha sido desposada por Israel— son uno y el mismo.

Por ello Shavuot celebra el día en que Israel se convirtió en compañera de Di_s, mientras que Simjat Torá celebra los esponsales de Israel con la Torá. Vemos reflejada esta segunda celebración en la costumbre de escoger a un representante de la comunidad como Jatán Torá – ”novio de la Torá”. De la misma manera, danzamos con la Torá en Simjat Torá como un novio que baila con su desposada.
Es bien sabido que cada uno de los festivales del calendario Judío marca un hito alcanzado por el Pueblo de Israel en su marcha a lo largo de la Historia; y que la oración de Halel (odas de los Salmos) que se dice en cada una de dichas festividades representa una alabanza por dicho logro.

El logro alcanzado, y que celebramos en Simjat Torá, es el de esta nueva relación de Matrimonio entre el Pueblo de Israel y la Torá.

 

Desde el escritorio de la Editora

 Rosalynda Cohen

Estamos saliendo de compenetrarnos con nuestras Fiestas Mayores, en los que tuvimos la oportunidad de reflexionar, hacer una autocrítica y arrepentirnos de nuestros malos actos hacia El Creador y hacia nuestros semejantes. Es el despertar del corazón y de la conciencia.

EDITORIAL DEL 1 DE OCTUBRE

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