Autor: Eli Suli
Poco antes de Rosh HaShanah, en el 1797, el famoso Gaón de Vilna, Rabi Eliahu Kramer enfermó, con lo que sería su enfermedad final. Entonces, uno de los principales médicos judíos en esa época era el Doctor Yaakov Lubashitz, quien llegó a la casa del rabino para atenderlo. Como era habitual en esta época, antes de la invención del estetoscopio, el médico se inclinó y presionó su oído contra el pecho del rabino para escuchar los latidos de su corazón y otros signos vitales. Pero cuando el doctor se puso de pie, uno de los hombres de alrededor de la cama le preguntó: ¿qué dice su corazón? El médico sonrió y respondió: su corazón está repasando la Mishna. Cuando el Doctor Lubashitz se volvió a inclinar para oír el corazón de su paciente, volvió a escucharlo susurrar las palabras de la Mishna en el tratado de “KELIM” (objetos). Incluso en sus propios pensamientos, el Gaón nunca dejó de estudiar y aprender.
Entonces dijo el Gaón de Vilna: “Es sabido que cada Mitzva (precepto) se hace con diferentes partes del cuerpo. Por ejemplo, la Mitzva del Tefilin se cumple con la cabeza y con el brazo. Sin embargo, hay dos mitzvot que se hacen con todo el cuerpo. Una es la mitzva de la Sucá, y la otra la Mitzva de vivir en Israel. Por medio de la Mitzva de la Suca, la persona santifica todo su cuerpo, por lo tanto, no hay mejor oportunidad que en los días de Sucot para estar contentos de poder cumplir esa Mitzva tan especial. El Gaón de Vilna entonces insistió en que su cama fuera trasladada a la Sucá, donde se aferró con fuerza a su Lulav y Etrog, negándose a abandonar esa última y preciosa MITZVÁ, hasta el momento de su muerte. Pero momentos unos antes de su muerte, el Gaón de Vilna hizo reunir a sus alumnos, tomo en sus manos sus TZITZIS, y susurró: “Qué difícil es separarse de este mundo, el mundo de hechos, ya que por unas pocas monedas uno puede cumplir la MITZVÁ de la Sucá, la Mitzva del TZITZIT y alcanzar el más alto nivel de cercanía con DI-s. ¿Acaso yo podre tener esa oportunidad en el mundo de las almas incluso aun por un precio más alto?”
Eso fue lo último que dijo el Gaón de Vilna antes de morir.
El Rabi Eliahu Kramer Z”ZL falleció el quinto día de Sucot de 1797, a la edad de 78 años, y fue enterrado en el cementerio judío de Vilna.
Pocas veces una sola persona tuvo un impacto tan profundo sobre todo el pueblo judío. Su influencia fue mucho más allá de los límites de la ciudad y de la propia vida de Gaón. Su dedicación a la Torá y su piedad, sirven como brillante modelo para cada judío que aspira a alcanzar algún grado de perfección.
Como expresó el Gaón de Vilna antes de fallecer:
“Solo por unas pocas monedas uno puede cumplir tan fácil la MITZVÁ de la Suca, o la Mitzva de TZITZIT, y alcanzar el más alto nivel de cercanía con DI-s”
Ese es el sentimiento de la alegría que debemos procurar buscar. Esa es la felicidad de poder cumplir la mitzva de la Suca con todas las partes del cuerpo.
Cierta vez leí algo que escribió un amigo y estimado mío, Rabi Yosef Biton, acerca de la felicidad.
“Nosotros estamos acostumbrados a la idea de que la felicidad es el resultado del éxito y que el éxito consiste en tener más, ganar más, ostentar más, etc. Sin embargo, la visión judía de la felicidad es un poco diferente. La sociedad moderna de consumo considera que el hombre más feliz es el que tiene lo que quiere. Pero para la Tora se considera feliz el que quiere lo que tiene, y no el que tiene lo que quiere. A eso se le llama la felicidad del “ser”, no del tener.
La manera más elevada de servir a DI-s es sintiéndonos felices de poder cumplir su voluntad, cumpliendo sus mitzvot, y sintiéndonos felices y orgullosos de pertenecer al pueblo judío.
Ojalá que la alegría de Sucot la podamos conservar durante todo el año.