La industria tecnológica de Israel es la joya de la corona de la economía, que ha impulsado un crecimiento masivo en la última década y ha cimentado la reputación del país como nación de alta tecnología, pero la industria está plagada de serios desafíos como la falta de diversidad y una aguda escasez de talento que podría obstaculizar seriamente su capacidad para competir en los próximos años.
Estos problemas, combinados con la falta de gasto público suficiente en I+D y la creciente disparidad entre el sector tecnológico y los sectores más tradicionales, podrían frenar a Israel en la escena mundial en las próximas décadas, indica el informe The State of High-Tech 2022.
“Por un lado, formamos parte del ecosistema global y estamos muy bien posicionados y competimos eficazmente”, dijo Sagi Dagan, vicepresidente de la División de Crecimiento del IIA, en una sesión informativa telefónica previa a la publicación del informe.
Dagan dijo que Israel necesita considerar cómo será su ecosistema tecnológico en 2030-2040. “Vemos amenazas”, explicó, como el bajo gasto del gobierno israelí en I+D como porcentaje del PIB y la disminución de los recursos asignados a la industria y al mundo académico para impulsar los avances. Este tipo de inversión gubernamental suele dirigirse a lo que se considera un desarrollo de “alto riesgo” en áreas como la alimentación, la ciencia, la agricultura, el transporte, la energía y el espacio para garantizar la seguridad y el crecimiento a largo plazo, y donde puede faltar la financiación privada.